Baja de una vez chico de la luna para que pueda abrazarte y decirte al oído todo lo que te he extrañado, todo lo que he crecido y todo lo que te quiero. Deja de flotar entre las estrellas para que pueda darte mi abrigo y ya nunca más estés solo. No te engañes con los cometas que brillan mucho y duran poco, tú tienes luz propia y si tan solo me dejaras, yo te ayudaría a descubrirla. En mis manos no hay oro ni diamantes, sólo los tesoros que mi alma ha juntado con el tiempo y que sabes que te pertenecen.
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