miércoles, 24 de febrero de 2010

Catálogo de mujeres V


11. La comehombres

Su dieta no discrimina por edad, clase social o ideología. La ven venir y se le arriman como moscas al dulce y ella les sonríe leyéndoles la mente. Como una mantis se aparea para luego dejar al macho y volver al nido satisfecha. Se sabe al pie de la letra su rol de mosquita muerta y más de una la mira con bronca cuando le sonríe a su chico. Salta de cama en cama sin tiempo para conocer las miserias y a veces se lamenta porque, después de todo, le gustaría tener una pelea y un poco de drama.

12. La que no se quiere casar
No se quiere casar, la verdad que no. ¿Para qué? ¿Para terminar separada como su madre? Dueña de sí misma, se ha dedicado en alma y cuerpo a su realización personal y ya va por su segundo doctorado. Los hombres son para ella chicos delivery que llenan su escaso tiempo libre. Bosteza en las reuniones sociales de sus contemporáneas en las que los hijos, las cuotas del colegio y sus enfermedades son los tópicos habituales. O, si se aburre demasiado, busca una excusa para escaparse e ir a bailar con su amigo gay más cercano.

martes, 16 de febrero de 2010

Catálogo de Mujeres IV


9. La que fuma por él
Consume sus cigarrillos al ritmo que se consume por dentro. La ansiedad no logra aún matarla y se jura que va a dejar de fumar del mismo modo que juró dejar de pensar en él. Las cenizas le recuerdan las promesas incumplidas y las noches perdidas a su lado y mientras prende el siguiente se imagina que todo va a cambiar y va a ser mejor. Si pudiera dejarlo, se dice, entonces dejaría de fumar. Finalmente da el gran paso y le pide que se tome el buque, para luego encender otro más para olvidarse de él.

10. La dominante
No le deja ni un minuto de respiro, que a dónde vas, con quién y a qué hora volvés. El chantaje emocional es parte de su estrategia y emplea toda clase de artimañas para boicotearle la vida. A simple vista parece inofensiva, pura dulzura; pero es más peligrosa que diplomático en cumbre mundial. Conocedora de las sutilezas de su arte, siempre logra salirse con la suya y no es de extrañar que enganche buenos candidatos. Las buenas mujeres perplejas se preguntan qué mal aqueja al sexo fuerte para elegir semejante cortamambos, aunque la verdad es que él no piensa dejarla porque tiene un 50 % de culpa invertida en la relación.

lunes, 8 de febrero de 2010

Algunos textos breves

Instantánea de una noche fugaz

Si acaso nos chocamos fue tan sólo un instante en el que me perdí y del que ahora no puedo salir. Todas las piezas encajaron y todo fue perfecto, pero duró sólo segundos que se escurrieron como agua entre mis dedos. Ahora el viento me visita y me aferro a lo poco que tuve, algunas noches fugaces y el gusto de tus besos.
Nueva medicina

Tengo el alma envenenada. Necesita una nueva medicina que la purgue para que pueda seguir adelante, para que diga: “uno, dos, tres, va de nuevo”. Está enferma y no encuentra médico que dé en el clavo con el diagnóstico y, para colmo de males, no paso el jarabe que me ofrecen los zánganos a mi alrededor.


S/T
Algún día, lo sé, dejaré de buscar paliativos para el dolor y me sumergiré en él como en las aguas de un río conocido, y nos daremos la mano y nos saludaremos como viejos amigos.

martes, 2 de febrero de 2010

Catálogo de Mujeres (III)

Dicen que las mujeres no son todas iguales, por eso he aquí un catálogo de mujeres:


7. La que siempre rema

Los invita a salir, consigue los teléfonos y da el primer beso. Cansada de remarla siempre, se pregunta cuándo encontrará a un hombre con huevos y se conforma con solteros treintañeros confundidos y recién separados en pleno duelo. Cansada de ponerle siempre onda, decidió hacerse la difícil, y ver qué sucedía. Como resultado de su táctica, ahora se le acercan… el doble de pelotudos.

8. La mentirosa

Algunas son buenas para vender algo, otras tienen inteligencia, ella sabía mentir. No podía evitarlo, ya desde niña convencía con cualquier excusa a la maestra cuando no hacía la tarea. Si él sospechaba algo, daba vuelta las evidencias con mil y un argumentos que resultaban imbatibles. De golpe se encontraba diciendo cosas que no sentía y una vez que empezaba no podía parar porque la mentira se alimenta de más mentiras y se vuelve tan convincente que pasa a ser verdadera. Llegada a este punto, su vida era un infierno, y necesitaba ser honesta. Entonces una mañana escupió de golpe toda la verdad, le dijo que ya no lo quería, que era un cornudo y que no lo soportaba más. Incrédulo él sonrío y le dijo que cuando se le pasara la locura, lo llamara.